domingo, 26 de abril de 2009

¿Somos cada vez menos amables?

¿ Somos cada vez menos amables y por que?


Por el Dr.Alejandro.J.Domingo Gutierrez
Dr. en Medicina
Ldo en Derecho, Ciencias Politicas y Sociologia


La valoración de los indicadores de amabilidad no deja lugar a dudas que la sociedad española es cada vez menos amable.Menos actitudes amables en el ambiente familiar, en el trabajo, en la calle, en la carretera, en los lugares de ocio, menos amable en general alli donde se interrelacionan sus componentes.
¿ Y por que?. No hay una causa, hay muchas, pero todas se basan en un cambio de valores en la sociedad actual, ya que valores antes muy apreciados hoy se consideran poco vàlidos para la vida actual y valores que antes se consideraban indiferentes e, incluso negativos,hoy están rigiendo la conducta de la mayoria de los componentes de esa sociedad.
En primer lugar debemos señalar que la amabilidad solo puede aparecer cuando la persona tiene un cierto grado de felicidad,de confianza en si misma, de tranquilidad, de serenidad y de estado de animo alto.Cuando se disfruta de ese estado emocional, de esa disposición de animo es mas facil atender al cliente con respeto, consideración y agradecimiento, e incluso dejar a alguien que nos adelante en la cola si tiene prisa.Cuando se está feliz, es facil desear que todo el mundo lo sea y no dudamos en poner nuestro granito de arena apara conseguirlo a traves de una conducta amable,cariñosa, expresiva y afectiva.
Pero a esta disposición positiva para la conducta amable se va a oponer todo aquello que sea motivo de infelicidad,de intranquilidad, de preocupación, de tristeza, y que puede llegar a concretarse en síndromes de ansiedad o de depresión.En el momento actual no hace falta buscar mucho para encontrar situaciones personales que conducen sin remedio a este estado anímico como pueden ser ,la dificultad para pagar la hipoteca de la casa o del coche, los problemas que pueden plantear los hijos adolescentes a los que vigilar o los parientes ancianos a quien cuidar, la frustración por no alcanzar las metas profesionales soñadas , la amenaza o la confirmación del despido laboral, enfermedades familiares,etc,etc.En estas situaciones , de gran preocupación por esos problemas personales está claro que la situación animica no es la mas idonea para procurar hacer mas felices a los demas con amabilidades por nuestra parte.
El segundo factor que va a influir en la mayor o menor disposición para realizar actos amables es el concepto que nos merece nuestro prójimo con el cual tenemos que relacionarnos. Si consideramos a nuestros semejantes como personas y creemos en el ser humano con sus derechos, sus aspiraciones ,sus deseos ,sus sentimientos, sentiremos afecto por ellos y entonces será mas es facil que aparezca la amabilidad en nuestro trato con los otros.Si partimos de la buena fe en las acciones de la gente, de lo que hay de bueno en cada persona, no será difícil que la relación con nuestros familiares,con nuestros condiscípulos,con nuestros compañeros de trabajo o juegos ,se base en la solidaridad , en el compañerismo , en la amistad que se traduce en una conducta amable.Si disfrutamos haciendo el bien a la gente no podemos dejar de mostrarnos amables con los demas en los actos cotidianos de la vida.
Todo lo contrario puede ocurrir cuando consideramos a ese compañero de trabajo, a ese conductor del automovil que intenta adelantarnos, a ese peaton que intenta cruzar la calle , como un competidor,como un enemigo, que intenta poner obstáculos a nuestros deseos de ascender en la empresa o simplemente llegar antes a casa. Es el enemigo que busca quiza lo mismo que nosotros y si no estamos listos nos lo puede arrebatar.” Al enemigo, ni agua” es frase acuñada para estas relaciones competitivas,de rivalidad , que presiden hoy las relaciones entre los hombres, y que no dejan lugar a manifestaciones no ya de amabilidad, sino en ocasiones ni de simple educación.Nos enseñan a ser competitivos ya desde la infancia, a ser los primeros de la clase, a tener las notas mas altas en la carrera , a vencer en las competiciones deportivas , a ser el vendedor mas rentable y a ser el mejor situado socialmente entre los amigos y ese espiritu competitivo nos hace ver rivales , hasta donde no existen, cortando toda relación afectiva con los que nos puedan hacer sombra.
¿Cuál de estos dos conceptos de nuestros semejantes es el que predomina en nuestra sociedad? Mucho nos tememos que sea este segundo y con ello la disposición para realizar actos amables sea cada vez menor.
Pero no basta con decir que cada vez somos menos amables y razonar las causas del fenomeno sino que es preciso poner los remedios para que la situación mejore.Y aunque el ser amable pueda ser un rasgo genético , presente en unas personas y ausente en otras , la educación puede ser un método para potenciar ese rasgo o facilitar su implantación.El niño imita lo que ve y si observa que los miembros de su familia se tratan con amabilidad ,el tambien procurara hacer lo mismo.En los colegios se debe inculcar en el adolescente que no basta ser educado, respetar unas reglas formales de buena educación,sino que hay que ser amable para dar calor a unas formulas de cortesia , frias casi siempre. En el mundo laboral se debe premiar al trabajador que realice su labor con educación,cortesía y amabilidad y en las valoraciones que se hagan de los empleados de una empresa debe ser puntuado ,como hecho destacable ,el haber sido amable con los demas.Y si queremos extender la amabilidad en un mundo que solo piensa en obtener beneficios en todo lo que hace,se debe predicar que la amabilidad puede ser la mejor inversión para facilitar las relaciones sociales,solucionar problemas diarios y conseguir lo que con una actitud antipatica , aspera, fria ,distante, no se conseguiria.
Al tratar de inculcar practicas de amabilidad no debe dejar de señalarse la existencia de una falsa amabilidad practicada por personas ,con habilidades para la comunicación ,que solo quieren conseguir sus fines con falsas adulaciones, calificativos aparentemente cariñosos, y actitudes artificialmente afectuosas. A veces es difícil separar lo que es falso o verdadero pero detrás de la persona amable hay un desinteres, un respeto y cariño a los demas , una franqueza, una sinceridad , que en los falsos amables no existe.
Aunque pensemos que cada vez hay menos gente amable en nuestra sociedad aun tenemos la suerte de encontrarnos con personas amables , a gente anònima que ayuda sin esperar nada a cambio y que lo hace con una sonrisa y una palabra de aliento.Si seguimos su ejemplo entre todos podremos conseguir una sociedad mas solidaria, mas armonica,mas feliz en donde la amabilidad sea la norma general de comportamiento y no la excepciòn.

2 comentarios:

  1. Precioso post, Dr. Domingo. Me ha hecho pensar además,que la ideología individualista imperante (que en España bordea los límites del darwinismo social más ramplón, tipo "supervivencia del más apto"), que guia y se expresa en nuestras conductas cotidianas, se ve reforzada también por muchos dispositivos tecnológicos tales como los mp3, los ipods, las horas de internét, etc. etc. Estos dispositivos -que empleamos porque soberanamente elegimos usarlos-, contribuyen a romper las redes comunitarias y aumentan la sensación de orfandad del individuo en sociedad.

    Curiosamente, es llamativo que una sociedad madre del individualismo liberal como es la británica tiene, sin embargo, una mayor consciencia comunitaria y redes sociales básicas que siguen funcionando. Esto me hace pensar también en la peculiaridad histórica nuestra, donde no ha habido un siglo entero de tradición y valores democráticos, de valoración de la sociedad civil y de la responsabilidad del individuo en SU sociedad.
    Kurt Lewin decía que los valores democráticos debían educarse de generación en generación porque eran muy dificiles de reproducir, y creo que el caso español es ejemplo de ello. Unos verdaderos valores democráticos son reflejo de una sociedad donde se valora a sus miembros, de unos auténticos valores humanistas. Y a la inversa. Nuestra sociedad tiene aún un gran lastre autoritario, y no solo heredero de la dictadura franquista, sino de las monarquías anteriores. Esto conlleva un profundo desprecio endémico hacia la educación, y la educación en valores en particular. La ambición sin humanismo lleva al "sálvese quien pueda".

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  2. ¡Hola! Ha sido un placer pasar por aquí.
    Fantástico el comentario anterior.

    Te envío un cordial saludo.

    Calamanda

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